
“Varias personas preferirán otro final para el general antes de que se conozca la verdad. Paradójicamente los que queremos que viva mucho tiempo somos las víctimas. Sus amigos y colaboradores de Formosa están rogando que terminen sus días”. nos dijo el Dr. Velazquez Ibarra en varias oportunidades, durante el transcurso de las varias jornadas del Juicio a Colombo.
Colombo,a quien los formoseños, lo hemos visto solo en vídeo conferencia,puede en un mismo instante sufrir un cuadro hipertensivo, o pararse prescindiendo de la ayuda del bastón a hablar con su abogado Gerardo Casco, sin mayores dificultades.
Finalmente Colombo declara hoy miercoles 19 de Agosto a las 17:30,por teleconferencia, si no sobreviene otro "conveniente pico de presion", ante el panorama negro que le espera, a la luz de las pruebas aportadas por la querella.
Pero mas allá de la caracterización o no del anciano hipertenso, lo que si es criticable, durante el transcurso del juicio oral y publico, es la actuación del Tribunal Oral Federal con la presidencia del Juez Eduardo Ariel Belforte.
Belforte, ha interrumpido en varias oportunidades, relatos que si bien no aportaban elementos sustanciales a la causa,eran de relevante valor histórico, para develar el
contexto de los hechos.
No puede tramitarse un juicio de estas características, limitándose ajustadamente a lo procesal,o lo administrativo,puesto que ademas de las victimas, tambien hay una sociedad que espera que los hechos sean esclarecidos.
Se puede palpar la decepción en el público que presencia el Juicio, en cada interrupción inoportuna, o en la falta de pericia para manejar algunas situaciones, como por ejemplo, la cuestión de la presencia de Colombo "en vivo",en la ciudad de Formosa, entre otras.
Belforte es un abogado oriundo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nacido el 01/06/1960, egresado de la Universidad de Buenos Aires el 11/02/1991, habiendo ingresado al Poder Judicial el 01/09/1978, como "auxiliar de 7ma", lo que le posibilitó transitar por diversas funciones en la carrera.
Cumplió funciones como secretario del Juzgado Federal de Ushuaia y finalmente llegó a Juez Federal, ante un acuerdo del Honorable Senado de la Nación, habiendo resultado primero en el concurso Nº 122 (No que rindió 122 veces, rindió unas cuantas, pero no fueron 122).
Paradójicamente cubrió la vacante del ex Juez Vivas, a quién luego tuvo, sentado enfrente de testigo, en la causa Colombo, sospechado de colaborar con el régimen de los años de la dictadura.
La solicitud del acuerdo del Senado, para la designación de Belforte, fue uno de los últimos actos de gobierno, de Nestor Kirchner.
Pero volvamos al presente.
Hoy como presidente del Tribunal Oral Federal, no transmite la seguridad e impronta para un juicio de estas características, pues no se trata de un delito concreto, sino con connotaciones complejas, que a cada paso del desarrollo, coloca a Belforte en situaciones, donde la falta de experiencia es manifiesta.
El juicio a Colombo esta entrando en su etapa final, y casi se podría aventurar que la condena al genocida es un hecho, solo resta esperar unos pocos días.
Esperemos que cuando tenga que ampliar su declaración, no le agarre otro pico de presión, y el Juez Belforte ordene otro interminable cuarto intermedio hasta quien sabe cuando.
Leonardo Fernandez Acosta
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