lunes, 11 de octubre de 2010

UNA TORMENTA DE HIPOCRESIA



Una tormenta de granizo pasó hace unos días por nuestra ciudad. Una tormenta que dejó nuevamente al desnudo cual es la realidad de una gran cantidad de gente, que al menos dista de pertenecer al “Nuevo hombre formoseño”.

Ese arquetipo propagandístico, que a saber, por dichos de los juglares oficiales, es una persona pujante, con herramientas propias o “subsidiadas” suficientes para lograr el éxito y la prosperidad propia y de toda su prole.

Yo vi otro modelo de hombre. Uno que hacia colas interminables en comisarías pidiendo frazadas, chapas de cartón y colchones porque había literalmente quedado a la intemperie por el paso de la tormenta.

Una tormenta de granizo, que dejó al descubierto que mientras el real hombre formoseño no tenía donde refugiarse con su familia y pertenencias de las piedras de cinco centímetros, mostraba a el otro hombre formoseño que buscaba desesperadamente refugio para que al cero kilómetro no se le dañara la chapa.

Porque la real conjunción de este tipo de sociedad, es el “nuevo hombre formoseño”. Uno huyendo de las inclemencias del tiempo, con su precario hogar destruido sumido en la miseria y el otro viviendo en la miseria de alma, importándole poco o nada si la realidad de otros es un infierno, repitiendo el discurso oficial mientras le permita vivir como vive.

Y luego la consagración del absurdo. Cuando todavía varias de esas familias estaban buscando un lugar para reacomodarse, se lanzó la jornada inaugural de FEDEMA, una feria de negocios y de prosperidad. Obviamente no para la gente que en algunos casos hacía días estaba sin luz por la tormenta, más las que estaban sin techo.

Que bueno hubiera sido invertir esa plata de la feria, como el show espectacular con artistas nacionales e internacionales, en viviendas un poco más seguras para las miles de personas que quedaron sin hogar.

Que bueno hubiera sido que por un momento, las luces hubieran estado donde había familias a oscuras, porque en algún momento en este show Business donde hay de todo va a empezar a escasear algo, el nuevo hombre formoseño.

Leonardo Fernández Acosta.

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