sábado, 4 de diciembre de 2010

Los pueblos originarios estarían ocupando tierras necesarias para el cultivo del yuyo con glifosfato




Dramático reclamo de los terratenientes formoseños al Gobernador Insfrán: “Gildo, hay un indio en mi soja”.



El polémico llamado al orden propuesto por el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, llevado adelante en la localidad de la Colonia La Primavera por medio de cuerpos de combate de la policía provincial y algún que otro balazo, que dejó también como saldo un par de vidas truncas, la de un toba y la de un policía vendría a ser el trozo de hielo visible de un iceberg gigantesco que pocos se atreven a investigar cuán profundo es.

Sin embargo, quien se adentre en las acaloradas y desérticas aguas de la actualidad formoseña, de atreverse a hacerlo, descubrirá la dramática situación que atraviesan los grandes terratenientes formoseños, que ven impedida su necesidad de desertificación y explotación desmesurada del suelo, por culpa de un grupo de improductivos representantes de los pueblos originarios que se niegan a aceptar la llegada del progreso a sus tierras ralas, a sus carpas miserables y a sus cuerpos desnutridos. “Gildo, asi no te reelige ni el loro”, es el triste lamento de los mas damnificados por esta realidad que nadie quiere mirar ni mucho menos admitir. ¿Qué dice el gobernador?¿ Como son las armas de destrucción mínima con las que atacan los tobas?¿Que onda con Formosa?.


El gobernador formoseño, Gildo Insfrán, alertó sobre el “imperialismo aborigen” y destacó que “estos tobas desnutridos no respetan a nadie con tal de no morirse de inanición”. Fue en respuesta al constante reclamo de acción por parte de los sufridos terratenientes de esa provincia, que ven como a diario pierden la posibilidad de facturar millones de dólares a causa del capricho de un reducido grupo de delegados indígenas de origen toba.

Pero el gobernador fue mas allá y haciéndose eco del reclamo de uno de los escasos sectores productivos de su empobrecida provincia, la semana pasada dio un paso más y mandó a la fuerza pública para que tomara cartas en el asunto y por medio de la fuerza, desalojara a un grupo de peligrosos tobas que reclamaban por la propiedad de imprescindibles 600 hectáreas armados hasta los dientes con palas, infladores de bicicletas, temibles arcos y flechas asesinas.

Insfrán justificó la represión a la comunidad toba, señalando que “este gobernador no permitirá que los pools de capitales wichis se queden con las tierras de un puñado de empresarios argentinos”. Fue el gesto que esperaban los desesperados productores rurales formoseños, que ya podían resistir mas el abuso de los pieles rústicas.
La previsible avanzada del gobernador sobre los peligrosos tobas de espíritu destituyente llegó poco después de otra formidable actuación de las fuerzas del orden en esa provincia: la represión a los estudiantes en Colegio Nacional Gobernador Silva.

Desde el gobierno intentaron minimizar los hechos no dudaron en afirmar que “la proscripción de agrupaciones estudiantiles que se oponen a la gobernación provincial y el ingreso por la fuerza de policías a un colegio para desalojar a los alumnos son cosas de chicos”. Estos hechos, mas la caída de un avión narco en la localidad de Pozo Verde, al norte de esa provincia con 150 kilos de droga, volvieron a poner a Formosa en las páginas de los diarios.

En ese sentido, se supo que el gobernador Gildo Insfrán elogió a los estudiantes reprimidos, a la Policía Provincíal y sumó al agradecimiento a los pilotos de las avionetas de narcos paraguayos, porque, según dijo “gracias a ellos, el país entero vuelve a hablar de Formosa”.


Mientras tanto, el problema toba sigue sin resolverse, y si bien por el momento el Gobierno Nacional pretende circunscribir todo lo actuado a la provincia de Formosa para cederle los laureles y las felicitaciones al gobernador Insfrán, se sabe que en el plano nacional hay honda preocupación por estos sectores tobas destituyentes que buscan desestabilizar “a sangre y flecha” al Gobierno Popular

Mirada de analistas internacionales
El problema toba ha vuelto. Cuando menos se los espera, cuando todo se cree superado, vuelve. Y con mas fuerza. Como esas bacterias que el cuerpo cree haber derrotado a fuerza de antibióticos, los tobas y sus sangrientos modos de reclamar por lo que ya no les pertenece retornan, como una pesadilla.

Los hechos acaecidos en Formosa demuestran la necesidad de estar alertas. Gildo Insfran esta alerta. El gobierno popular también debe estarlo. Y responder como corresponde a los reclamos de los pools sojeros que, en silencio y sin descanso, llevan adelante la titánica tarea de producir para crecer. Un grupo de nostálgicos del siglo XIV no puede impedir que el progreso avance con su gigantesca y amorfa cultura para dejar su huella.

EL NUMERO 25
Sería la cantidad de flechas con las que habrían intentado atacar a las fuerzas del orden los impredecible y sanguinarios tobas. Una de ellas hirió de muerte a un agente del orden. Las otras 24 habrían sido usadas, afortunadamente sin puntería

Fuente:Revista Barcelona

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